Una gélida tarde más
sentado admirando el
cielo gris desde la ventana.
El viento de otoño
dehojaba mis recuerdos.
A través de mi reflejo sobre la ventana
deliniaba tu sonrisa, qué irónicos
el amor y la vida para
tenerte tan cerca y distante a la vez.
Te siento tan tibia dentro
de mi pecho y tan sufrida
lejos de mi.
Pronto llegará el invierno
queriendo congelar mis sentimientos
sin embargo; tú, mi sol,
irás derritiendo frivolidades
para brindarme calor.
¡Cuánto te extraño amor mio!
dónde estas mi princesa,
me siento tan pequeño dentro
del castillo o éste se me hizo
tan grande sin ti.
jueves, 29 de mayo de 2008
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