jueves, 28 de junio de 2007

Aún sigo lloviendo

Había estado toda la semana meditando en cómo decirlo, apenas tenía preparado un discurso que mas tarde olvidaría ridiculamente frente a ti. José Zorrilla sabía todo. El amigo que en acumuladas situaciones hacía de celestino, alcahuete, o haciéndome simplemente el "bajo" -aunque él sabía que yo no quería que lo hiciera, pues, si algún día llegabas a enamorarte de mí,quería que sea por mérito propio-. Salimos de clases y fuimos a caminar junto con los demás amigos del salón.
Ya de regreso estabamos solo José y yo, caminabamos por las rieles del tren- rieles de un tren que ya no pasaba a menudo por la ciudad y que pasaban a 100 metros del colegio al que asistía- mientras me aconsejaba en cómo decirle a Brenda todo lo que sentía. Brenda es una chica de pequeña estatura, cabello ensortijado y de un color castaño claro, ojos saltones y vavaces, y que poseía una sonrisa que podía dejarme idiota por toda una seman si lo hacía para mí. Su casa queda a unos cuantos metros del colegio y, después de haber pasado tiempo caminando por las rieles del tren y pensando el discurso que daría para que accdiera ser mi enamorada,llegamos al portico de su casa. José se despidió rapidamente, el reloj marcaban las 7 de la noche, y yo parado bajo el lumbral del farol de su casa. Resolví tocar el timbre, la lluvia empezaba a caer y el frío se hacía cada vez más intenso. Saliste a abrir la puerta, tus ojos me miraron y los sentía brillosos, con una laegría que no había conocido en tí. Pasamos rápidamente, nos senatmos y preguntaste:
-Y...¿Qué haces tan tarde por acá?
-mmm..no sé..quería verte un momento-dije.
Todo el discurso ensayado no lo recordaba, me parecía tan irónico que como en las películas estuviera olvidando frases y que solo balbuceara interjecciones sin sentido en las oracciones.
¿Te sientes bien?-dijiste.
Contigo siempre me siento bien-dije.
Te sonrojaste, me miraste y timidamente bajaste la mirada al suelo demostrando timidez. Fue entonces que empecé a soltar un nuevo discurso, esta vez no lo había preparado en casa, ni mucho menos José lo había escrito para mí, este discurso salía de mi boca con el aroma de amor, las palabras podía imaginarlas mientras te veía a mi lado. Tus ojos miraban al techo mientras escuchabas lo que decía.

Con Brenda habíamos congeniado bien desde que llego por primera vez al salón de clase. Todos los días salía a conversar con ella mientras la acompañaba a su casa. En el salón sólo nos molestabamos, confundiendo un "tonto" con un "te quiero". Ya habíamos quedado en ser los mejores amigos para siempre, pero sabía esa tarde que podía intentar que mi amiga sea la persona que iluminara mis dias hasta que se apaguen eternamente.

Entonces seguía hablando tus lagrimas rodaban por tu mejilla y caín lentamente al suelo, no entendía en un primer instante, luego comprendí que esas lágrimas eran de impotencia.
-¿Por qué lloras? -dije.
- Por que soy una tonta, o eso creo. Pensé que sólo me mirabas como amiga y que nunca que me dirías nada, me gustaste, pero nunca dijiste nada. Ahora, tengo enamorado.

Corté la primera frase que empezaba a decir, el frío de a fuera parecía haberse metido dentro de mí, sentí el clásico nudo en la garganta, enmudecí. Recuerdo;ahora, y mientras escribo, que sólo atiné a abrazarla . Salí de su casa y corrí sin rumbo mientras la lluvia me empapaba por completo, mis zapatos salpicaban los charcos de la calle y llegué hasta la rieles del tren me senté y yo también empecé a llover.

2 comentarios:

Jherson R. García dijo...

...Muy bueno, el cambo de tercera a primera persona, es exelente, y lo más atractivo es un historia, marcadamente urbana, de muchachos, q siempre sucede. Magnífico.

Anónimo dijo...

Wno...muy chvr!! d vdd...tenias razon uhmmm si es de la pm jajaj....y si te trae recuerdos entonces facil si sucedió..con quien??? no se ...pero me gusta la forma en q describes los hechos =)...esta lindo =D.